Reflexión del Evangelio Dominical 11 de septiembre de 2022.

"Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierte".

Lc. 15, 1-32

Las dos primeras parábolas subrayan la iniciativa de Dios que busca, que nos sabe suyos y que no sólo se alegra, sino que comparte la celebración con otros.

En la última parábola: su inmenso respeto por la libertad humana, El padre no salió a buscarlo, pero siempre lo esperó. Y, al igual que en los casos anteriores, la alegría y la fiesta son consecuencia de lo recuperado.

El pastor que busca su oveja, la mujer que barre su casa, el papá que espera al hijo. Tres imágenes cercanas, entrañables, con las que es fácil identificarnos. ¿Nos identificamos también con Dios, con su paciencia, su perdón y su alegría?