Reflexión del Evangelio Diario de 10 de julio del 2021.

“No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”.

Mt. 10, 24-33

Las primeras comunidades cristianas sufrieron persecución, tanto del pueblo judío como el pueblo romano. Esta era la circunstancia en el tiempo que se escribió el Evangelio de Mateo. Las revueltas sociales de unos y otros, pusieron en el centro de la vida de la comunidad cristiana. Ser cristiano, por lo tanto, implicaba arriesgar la propia vida y perderlo todo. La advertencia “no tengan miedo a los que matan el cuerpo” era tan real, tanto que había quienes habían muerto por el nombre de Jesús. El Evangelio no sólo se escribió para guardar la memoria de Jesús, sino para animar la vida de las primeras comunidades cristianas. Si Jesús había corrido esa suerte, la de la persecución y la muerte, y resucitó, el cristiano no tenía porque tener miedo a los que matan el cuerpo, “pero no pueden matar el alma”.